sábado, 27 de septiembre de 2014

El Origen de Las Guerras Médicas: La Revuelta Jónica

La revuelta jónica fue decisiva en la confrontación entre los persas y los griegos.
Fue impulsada por Aristágoras, el tirano de Mileto, en el año 499 a.C.
Constituyó el primer conflicto a gran escala entre ciudades griegas y el Imperio Persa. Muchas ciudades ocupadas por los persas en Asia Menor y Chipre se alzaron contra sus dominadores.
Se originó por la voluntad de Darío I de controlar las fuentes de aprovisionamiento de trigo y de madera para la construcción naval de Grecia. Para ello debería atacar al Imperio Escita en Rusia, el cual tenía un pujante comercio con las polis, pero tras varios intentos fallidos, Dario cesó en su empeño.



Darío se aseguró el dominio de Tracia y Samotracia.

Al solicitar Atenas una alianza Persa, Darío pensó que podría contar con la fidelidad de los griegos jonios.


 Jonia sufrió en sus intereses esta dominación , de las doce polis griegas que la componían, Mileto era la única a la que el Imperio Persa cedió un poco de independencia.
A pesar de que el dominio del Imperio Persa no le perjudicase, Mileto sentía su prosperidad amenazada.
 Cuando la revuelta estalló, tuvo como primera consecuencia en las polis la evicción de los tiranos impuestos a cada una por los aqueménidas y la proclamación de la "isonomía", igualdad de derechos.
La idea de dicha isonomía y liberación unió a los jonios, cuyo objetivo era retomar Bizancio y Chipre.
Aristágoras de Mileto, yerno del tirano de dicha ciudad, Histieo, esgrimió el estandarte de la rebelión y se adueñó de varias naves persas y fenicias.
La alianza jonia carecía de medios por lo que Aristágoras partió a la Grecia Continental para solicitar ayuda militar.
Sólo dos ciudades respondieron a Aristágoras, Atenas enviando veinte barcos y Eretria mandando cinco.
Para las polis griegas europeas el conflicto les era lejano y sus respectivos conflictos internos les eran más importantes.
Haría falta, sin embargo, más de seis años a los persas para sofocar la rebelión.
Las primeras victorias griegas en Panfilia, chipre, Helesponto y Bizancio dejaron en una situación crítica a los persas, pero el envío simultáneo de tres ejércitos persas unido a la retirada de los griegos europeos dejaron a Mileto como el último bastión de la rebelión.

Mileto, tras ser asediada por tierra y mar, fue arrasada y su población deportada a orillas del Tigris.

Esta derrota arrastró a la Grecia Continental, sobretodo a Atenas, a una profunda depresión.
Darío, por su parte, comenzó a concevir ideas expansionistas.

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